Hablando de rehabilitación

Ámbitos de trabajo

Uso de la vivienda

El uso que se hace de la vivienda es clave para el ahorro de energía y para conseguir vivir en entornos más saludables, y es un factor que está en nuestras manos y sobre el cual todos podemos incidir.

Las medidas más baratas, incluso gratuitas, y con mayor capacidad para reducir el consumo energético guardan relación con nuestros hábitos, que también tienen un impacto sobre nuestra salud. El uen uso de las viviendas se convierte, por lo tanto, en una herramienta importantísima para mejorar el medioambiente y vivir en un entorno más saludable, y es también un medio para ahorrar en los consumos de energía y agua del hogar.

Hay medidas de ahorro energético que no suponen ningún coste para el usuario, que tienen que ver con cómo utilizamos la vivienda o con entender cómo funcionan las facturas de energía (como, por ejemplo, la reducción de la potencia instalada), y hay otras que suponen un coste muy bajo, como la instalación de sistemas de doble descarga en los inodoros, la colocación de ribetes de goma o de espuma en carpinterías existentes, la incorporación de sistemas de reducción del consumo en las bocas de salida de agua (aireadores), la sustitución de luminarias por otras más eficientes y de menos consumo, o la adquisición de electrodomésticos y equipos de alta eficiencia energética.

Tanto el proyecto “Llars eficients («Hogares Eficientes»)” como el cuadríptico “¿Cómo podemos reducir el gasto energético? Acciones contra la vulnerabilidad”, editado por la Diputación de Barcelona, aportan una serie de recomendaciones muy útiles y muy sencillas que nos ayudarán a reducir al gasto energético en el hogar.

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Uso saludable de la vivienda

También hay pautas que nos pueden ayudar a vivir en una vivienda más saludable, sin necesidad de hacer ningún gasto económico. Según datos de la OMS, por término medio, el aire interior de los espacios está hasta cinco veces más contaminado que el aire exterior, ya sea por los altos contenidos del CO2 que emitimos las personas al respirar, el polvo, los ácaros o los tóxicos procedentes de los materiales de construcción, decoración o limpieza. Con una ventilación adecuada, una correcta insolación y el seguimiento de las pautas siguientes, la mayoría de los tóxicos bajan drásticamente su concentración en el ambiente interior, y, al mismo tiempo, ayudamos a regular la temperatura y la humedad del ambiente, y aportamos iones de carga negativa, beneficiosos para la salud.

Recomendaciones:

  • Controlar la temperatura interior: no tiene que ser constante durante todo el día ni en todas las estancias, dependerá de la actividad que desarrollamos en cada espacio. No obstante, siempre intentaremos mantener temperaturas bajas, especialmente en los dormitorios.
  • Regular la humedad interior:hay que procurar que esta esté entre el 40 y el 60 %. Los periodos prolongados de baja humedad generan cargas electrostáticas y favorecen el levantamiento del polvo en suspensión que después respiramos. En cuanto a los niveles elevados de humedad, facilitan la proliferación de hongos, parásitos y microorganismos que propician la aparición de enfermedades respiratorias, fatiga, etc.
  • Minimizar los tóxicos presentes en el ambiente interior que se deben a las siguientes causas:
    • Presencia de polvo: hay que utilizar aspiradoras con filtros HEPA (de alta eficiencia), limpiar con bayetas húmedas y minimizar el uso de sistemas de climatización por aire, ya que estos remueven y mantienen el polvo en suspensión, y resecan el ambiente.
    • Hongos y bacterias generados por un exceso de humedad interior: hay que detectar y controlar el exceso de humedad para evitar que estos agentes aumenten. Por eso, se tienen que ventilar muy bien los espacios.
    • Compuestos orgánicos volátiles (COV) y contaminantes orgánicos persistentes (COP), debidos principalmente a productos de limpieza y a la presencia de materiales plásticos y sintéticos.Hay que ventilar muy bien para evitar altas concentraciones.
    • Evitar las corrientes electromagnéticas:
      • Evitar el uso del wifi, aplicando el principio de precaución de la Resolución 1815 (2011) del Parlamento Europeo y priorizando la conexión por cable, que es más rápida, estable y segura. Como mínimo, hay que desconectar todas las conexiones inalámbricas durante la noche, para disfrutar de un descanso reparador.
      • Evitar la presencia de cualquier aparato electrónico enchufado en la mesilla de noche, para garantizar un descanso reparador.
  • Priorizar la luz natural frente a la artificial el máximo de horas posibles y adaptar la intensidad y el color de la luz a los diferentes momentos del día.


Mantenimiento del edificio existente

El mantenimiento que se hace hoy día en los edificios es muy insuficiente. Hacer una buena prevención evita, a la larga, tener que hacer frente a problemas inesperados que resultarán costosos económicamente de solucionar. Podemos distinguir:

Mantenimiento preventivo, son aquellas operaciones programadas de forma periódica sobre los diferentes componentes de la edificación, tanto si son de obra civil como si forman parte de las instalaciones. Estas actuaciones de coste reducido permiten controlar y tener el edificio en un buen estado de apariencia y funcionamiento, a la vez que permiten anticipar los problemas que pueden surgir. Actuaciones como la limpieza general y los trabajos de pintura son intervenciones de mantenimiento que, además de solucionar aspectos estéticos, contribuyen a la conservación de los elementos y a disminuir los costes de reparación. El elemento esencial del mantenimiento preventivo es el libro del edificio

Mantenimiento correctivo, son aquellas operaciones necesarias para subsanar las deficiencias o averías surgidas a consecuencia del uso de los inmuebles y el paso del tiempo. Esta forma de mantenimiento, que es la que predomina mayoritariamente, impide el diagnóstico fiable de las causas que han provocado la deficiencia, no detecta los problemas de funcionamiento ordinarios y acorta la vida útil de los edificios.



Rehabilitación del edificio existente

Todos los edificios envejecen. Algunos lo hacen en peores condiciones que otros, que se comportan mejor o cuyas estructuras o materiales utilizados tienen más durabilidad, pero todos sufren deterioro por el impacto de las de las condiciones meteorológicas y climáticas (precipitaciones, cambios de temperatura, viento, etc.), la contaminación atmosférica e incluso los animales que viven en la ciudad (palomas, gaviotas, insectos, etc.). Además, si las intervenciones y reparaciones que se hacen sobre el edificio o dentro de las viviendas y locales no son las adecuadas, se agrava el problema y pueden aparecer patologías.

Rehabilitar implica hacer lo siguiente:

  • Obras de rehabilitación para reparar patologías, de diversa envergadura, desde lesiones graves que afecten a la seguridad del edificio y su estabilidad global hasta otras más pequeñas, como grietas por asentamiento, pequeñas fisuras o humedades, que también pueden suponer un riesgo para las personas.
  • Obras para la mejora de la sostenibilidad, la eficiencia y la rehabilitación energética, entendiendo como tales, entre otras, las que afectan al envolvente del edificio, las instalaciones de energías renovables y las de adecuación funcional y tecnológica.
  • Obras para mejorar las condiciones de accesibilidad y suprimir las barreras arquitectónicas, que incluyen la creación de itinerarios practicables, la instalación de un ascensor o la supresión de barreras arquitectónicas.

La inspección técnica del edificio (ITE) y el libro del edificio existente para la rehabilitación son instrumentos relevantes a la hora de rehabilitar un edificio.

Renovación en profundidad del edificio

La renovación en profundidad de un edificio es un concepto que surge ante la necesidad urgente de reducir la emisión de gases de efecto invernadero asociada a la edificación, con el fin de frenar el cambio climático. Cuando se plantean medidas para reducir el consumo energético en un edificio, se suelen conseguir ahorros de entre un 5 y un 30% aproximadamente. Sin embargo, para cumplir con los objetivos de reducción del consumo energético a nivel europeo y por países, hay que reducir de manera mucho más significativa el consumo de energía de los edificios, tanto de los nuevos como, sobre todo, del parque existente. Aunque no hay una definición de referencia propiamente dicha de renovación en profundidad, este término se utiliza para referirse a reducciones de un 75-80% en el consumo total de energía de un edificio o a la renovación alineada con el concepto de edificio de consumo energético casi nulo (nZEB en inglés).

Para lograr estos ahorros, se requieren intervenciones integrales que aborden la reducción de la demanda energética con la rehabilitación del envolvente del edificio y de sus sistemas energéticos, y con la mejora de usos y costumbres. Además, siempre que sea posible, se sustituirán las fuentes de energía convencional por energía procedente de fuentes renovables y locales. La hoja de ruta que tiene que guiar la renovación en profundidad del edificio es un nuevo instrumento de carácter voluntario denominado “pasaporte del edificio.”

Más información

Rehabilita'm! Fes-me eficient i saludable. Guía elaborada por el equipo E4 del Compromiso de Barcelona por el Clima. Ayuntamiento de Barcelona. Enero de 2018.