¿Cómo lo tengo que hacer?

Recomendaciones para una buena rehabilitación

Diagnóstico del edificio. Redactar un informe técnico del edificio es el primer paso para tener claro qué hace falta hacer y también para poder programar las intervenciones que deben llevarse a cabo.

Intervenciones a realizar.El informe técnico indica las intervenciones que deben llevarse a cabo, así como su urgencia y programación. Para cada intervención hay que redactar un proyecto para, entre otras cosas, poder comparar presupuestos y hacer un buen seguimiento de la obra y de su calidad.

El momento de hacer unas obras necesarias es un buen momento para plantearse realizar otras mejoras en el edificio que, aprovechando el gasto, pueden salir mucho más a cuenta. Así, renovar instalaciones obsoletas todavía en servicio puede ahorrar muchos costes futuros, y mejorar el comportamiento térmico del edificio puede representar un ahorro en la factura de la luz y una mejora del confort.

Muchas veces el desconocimiento o la falta de información son la causa principal de que no se lleven a cabo rehabilitaciones eficientes o que no se saque todo el provecho posible cuando se llevan a cabo. Los técnicos aconsejan sobre todos estos aspectos:

Derramas y plazos para cubrir los gastos de obra. . No deben iniciarse las obras sin tener los fondos necesarios para cubrirlas. Por eso, la búsqueda de financiación es una de las acciones más importantes a realizar.

Ejecución de las obras. Es importante que la empresa constructora escogida sea la adecuada desde el punto de vista técnico, económico y estructural para el tipo de obra a realizar. Debe hacerse un seguimiento continuado y adecuado de la obra, y la comunidad debe ser ágil tomando decisiones sobre las intervenciones complementarias que puedan surgir durante el transcurso de la obra.

Seguimiento posterior. El seguimiento del estado del edificio y de su envejecimiento por parte de un técnico/a facilitará la detección de patologías cuando estas solo han afectado a una pequeña parte del edificio y aún pueden repararse con un esfuerzo y una inversión mínimas. Este es el principal valor añadido que aporta el disponer de un técnico/a de cabecera para el inmueble.