El estado del parque de viviendas existente y su efecto sobre la calidad de vida de las personas reclaman una profunda renovación de los sistemas urbanos a todas las escalas (vivienda, edificio, barrio, villa o ciudad).
Por eso, la Agenda 2030, junto con la Nueva Agenda Urbana, la Agenda Urbana de la Unión Europea y la Agenda Urbana Española, ha considerado la rehabilitación y la regeneración urbana como un mecanismo eficaz para lograr ciudades de mayor calidad, más saludables, más resilientes y con capacidad para mejorar la cohesión social y convertirse en una solución local para los problemas globales en torno al cambio climático a los que se enfrenta nuestro planeta.
Las agendas urbanas son documentos estratégicos sin carácter normativo que lideran una nueva visión del modelo de ciudad y que constituyen un marco adecuado para incorporar la rehabilitación a las agendas locales.